Detrás de mí.
Emily Dickinson.
Detrás de mí, profunda eternidad.
Frente a mí, inmortalidad.
Yo misma, la frontera entre ambos.
La Muerte fluye en el Gris Oriental,
disolviéndose en el alba distante,
antes de que el Oeste comience.
Estos Reinos, después de todo, dijeron ellos;
en perfecta, incesante monarquía,
cuyo príncipe es hijo de nadie,
Él mismo, dinastía inmemorial,
Él mismo, él mismo diversificado
en un celestial duplicado.
Este Milagro ante mí,
Este Milagro detrás de mí,
siempre creciendo hacia el mar,
con la medianoche en mi norte,
con la medianoche en mi sur,
y la Tempestad en los cielos.
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